El fuego es uno de los factores de perturbación ecológica y transformación del paisaje más extendidos en los ecosistemas de México y el mundo. Los incendios forman parte de la dinámica de los ecosistemas y son una herramienta de manejo, así como un factor de deterioro ambiental, según las condiciones en que se presenten.
En 1998 ocurrió la peor temporada de incendios en México, alcanzando 14,450 incendios, la cifra más alta en la historia, en una extensión de 850,000 hectáreas, la segunda mayor hasta ahora. Además de las afectaciones a los recursos naturales en áreas protegidas federales e infraestructura, 70 personas murieron debido a carencias en preparación técnica, equipamiento y organización local. En consecuencia, surgieron innovaciones para atender esta problemática; entre ellas destaca el Programa de Prevención de Incendios y Restauración (PPIRA), iniciativa público-privada apoyada por FMCN, el Gobierno de México, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS) y organizaciones civiles locales.
En 2004, FMCN creó el Fondo de Manejo del Fuego y Restauración (Fomafur) para dar permanencia a las actividades de manejo del fuego, mediante la asignación de un patrimonio de US $4.5 millones.
Mediante convocatorias bianuales dirigidas a organizaciones civiles y comunidades rurales e indígenas, el Fomafur busca contribuir al fortalecimiento e implementación de las políticas públicas vigentes en el tema de conservación de la biodiversidad y los ecosistemas forestales de México. Está alineado con las tendencias internacionales en los temas de protección contra incendios forestales y manejo del fuego (Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y el Programa de Manejo del Fuego 2020-2024).