El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) es el arrecife más importante del hemisferio occidental; se extiende por más de 1,000 km a lo largo de las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras. La salud del SAM se encuentra críticamente amenazada por la sobrepesca, la proliferación de algas sobre corales, la contaminación de las aguas y el calentamiento global.
A pesar de los esfuerzos de regulación en las zonas marino-costeras de la Península de Yucatán, la producción pesquera de algunas especies de valor comercial y ecológico continúa decayendo significativamente. De acuerdo con la Iniciativa Arrecife Saludable para Gente Saludable (HRI, por sus siglas en inglés) el reporte 2022 revela que Índice de Salud Arrecifal (ISA) volvió a caer, 44% de los sitios están en una condición de «Mal» y los sitios en estado «Crítico» se han duplicado (ahora 31%) desde el último reporte.
Las poblaciones de peces ahora son críticamente bajas en todos los países, excepto México. Cozumel es la única subregión con condiciones «Muy Buenas» para peces comerciales y herbívoros, presentando una biomasa de meros y pargos cinco veces mayor que el promedio regional. Este sitio tiene el porcentaje más alto de su área completamente protegida por décadas (35%), por lo que estos datos demuestran el valor de la protección total, particularmente cuando las comunidades locales están involucradas en la gestión y se benefician económicamente.
La Alianza Kanan Kay busca contribuir a la consolidación de un manejo pesquero responsable para recuperar la riqueza biológica y la productividad de las pesquerías en pequeña escala de la Península de Yucatán, mediante la facilitación de procesos de colaboración y de acciones compartidas a través de ZRP. Las ZRP son zonas que contribuyen al desarrollo de los recursos pesqueros, ya que permiten la reproducción y recuperación de las especies pesqueras de importancia comercial y otras especies marinas, mejorando el bienestar de las comunidades que dependen de estos recursos y conservando la biodiversidad marina. Además, son un instrumento de la Política Nacional Pesquera, el cual puede formar parte de la subzonificación de un área natural protegida, o estar dentro de ella.
Su funcionamiento se basa en proteger hábitats críticos, especialmente áreas de reproducción, alimentación y crianza. Estas acciones llevan al “efecto de desbordamiento”, es decir, el repoblamiento de especies de interés comercial y ecológico en zonas de pesca aledañas.